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Luces o ¿sombras?

“Las escuelas de ciclismo de la provincia han ido languideciendo… Una vez que desaparezcan las actuales generaciones de corredores, se echará en falta la savia nueva y no habrá demasiada materia prima para sustituirles”

 

El ciclismo abulense parece que tiene buena salud a juzgar porque en esta época de crisis del deporte del pedal, marcada por supuestos de dopaje y pírrico patrocinio de las firmas comerciales, la temporada que viene pasarán al campo profesional tres de los nuestros, procedentes del pelotón aficionado como son los casos de Rubén García, José Antonio de Segovia y Noel Martín, que se unen a los Carlos Sastre, Pablo Lastras, Francisco Mancebo, Ángel Vallejo, Miguel Ángel Candil, Joaquín Novoa…

 

Sin embargo, mientras que unos crecían en sus carreras, las escuelas de ciclismo de la provincia han ido languideciendo y ya solo quedan la de la Fundación Víctor Sastre y la de Saneamientos Ávila, las dos con un número menor de chicos y chicas que en años pretéritos. El panorama, nos guste o no, no pinta demasiado favorable. Lo más gris está por venir. Una vez que desaparezcan las actuales generaciones de corredores, se echará en falta la savia nueva y no habrá demasiada materia prima para sustituirles.

 

Los motivos de esta ausencia de interés entre los más pequeños por el ciclismo hay que buscarlos en aquellos que tienen que ver con la evolución de nuestra sociedad. Los jóvenes tienen, afortunadamente para ellos, las cosas más fáciles a como las tenían sus padres. Los valores del sacrificio y del esfuerzo que requiere un deporte como el ciclismo, no son virtudes que imperen en las actuales reglas sociales. El tener una bicicleta –que era el mayor regalo que te podían hacer en una fecha tan señalada como los Reyes Magos- ha pasado a un segundo o un tercer lugar, oscurecido por las nuevas máquinas estáticas como el ordenador o la play station.

 

No obstante, hemos de ser optimistas y esperar que algún día de éstos surja un rayo de luz entre las tinieblas. Ávila, tierra que ha fabricado casi más ciclistas que productos industriales de cualquier cosa, puede reconducir este deporte en la base con el apoyo decidido de las instituciones, firmas comerciales y clubes deportivos, fomentando el ciclismo entre la población escolar, impulsando en la capital el uso de un velódromo que morirá de viejo sin haber sido utilizado, y por supuesto, apoyando la celebración de carreras por las carreteras de nuestra provincia en todas las categorías, desde las de escuelas a las de profesionales. Que no tengan que caerse del calendario por falta de apoyos o problemas burocráticos.

 

Además para ayudar en esas iniciativas contamos con corredores y ex corredores de lo mejorcito que ha dado el pelotón español de todos los tiempos. Pocos lugares del mundo pueden presumir de tener un ganador del Tour de Francia como Carlos Sastre o personas que hicieron grandes hazañas en la grand boucle como Julio Jiménez y Ángel Arroyo, sin olvidar las gestas del llorado ‘Chava’ Jiménez en la Vuelta a España. También haría mucho que los distintos sectores o ‘familias’ en que se encuentra dividido el ciclismo abulense se unan entre sí, por el bien de ellos y por el bien del deporte. Aún hay esperanza para lograrlo, no todo ha de ser derrotismo.

 

Ángel González Alameda

 

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